X


[ Pobierz całość w formacie PDF ]

hab�a dicho de los tres �ltimos presidentes. Se pellizcó las gruesas arrugas de la frente y se acomodó en su sillón.
 Podemos hacerlo, se�or presidente  dijo casi con amabilidad . Gracias, se�or presidente. Ah� estar�
ma�ana.
Cambiaba r�pida y radicalmente de humor. De pronto, ante sus mismos ojos, acababa de convertirse en una
persona amable y encantadora.
 Quiere que vigilemos a ese periodista del Post  dijo despu�s de colgar suavemente el tel�fono, con los
ojos cerrados. Dice que ya lo hemos hecho en otras ocasiones y por qu� no hacerlo ahora. Le he respondido que
lo har�amos.
 �Qu� clase de vigilancia?  preguntó K. O.
 Limit�monos a seguirle por la ciudad. Veinticuatro horas al d�a con dos hombres. Averig�emos dónde va
por la noche y con qui�n se acuesta. Es soltero, �no es cierto?
 Divorciado desde hace siete a�os  respondió Lewis.
 Aseg�rense de que no nos descubran. Manden agentes de paisano y c�mbienlos cada tres d�as.
 �Cree realmente que somos nosotros los que hemos divulgado la información?
 No, creo que no. Si lo creyera, �por qu� nos pedir�a que sigui�ramos al periodista? Creo que sabe que es su
propia gente. Y quiere descubrirlo.
 Es un peque�o favor  agregó Lewis.
 S�. Pero aseg�rense de que no nos descubran, �de acuerdo?
El despacho de L. Matthew Barr estaba escondido en el tercer piso de un decr�pito y mugriento edificio de
la calle M, en Georgetown. No hab�a ning�n letrero en las puertas. Un guardia armado, con chaqueta y corbata,
imped�a la entrada del p�blico junto al ascensor. La moqueta era usada y el mobiliario viejo. El polvo indicaba
que la unidad no gastaba dinero en limpieza.
Barr dirig�a la unidad, que era una peque�a división oculta y extraoficial de la Junta de Reelección del
Presidente. La Junta dispon�a de unas lujosas oficinas al otro lado del r�o, en Rosslyn, con ventanas que se
abr�an, sonrientes secretarias y mujeres que limpiaban todas las noches. Pero no este tugurio.
Fletcher Coal se apeó del ascensor y saludó con la cabeza al guardia de seguridad, que le devolvió el saludo
sin moverse. Eran viejos conocidos. Avanzó por un laberinto de diminutos despachos, en dirección al de Barr.
Coal se enorgullec�a de ser honrado consigo mismo y ciertamente no le tem�a a nadie en Washington, con la
posible excepción de Matthew Barr. Unas veces le tem�a y otras no, pero siempre le admiraba.
Barr era ex marine, ex agente de la CIA y ex esp�a, con dos condenas por infracciones de la seguridad, que
le hab�an reportado millones que hab�a escondido. Hab�a pasado unos meses en una institución penitenciaria,
pero nada grave. Coal le hab�a reclutado personalmente para dirigir la unidad, que oficialmente no exist�a.
70
Contaba con un presupuesto anual de cuatro millones, procedentes de varios fondos secretos de reserva, y Barr
supervisaba a un reducido grupo de rufianes muy adiestrados que llevaban a cabo el trabajo de la unidad.
La puerta de Barr estaba siempre cerrada con llave. La abrió y Coal entró en su despacho. La entrevista
ser�a breve, como de costumbre.
 Deje que lo adivine  dijo Barr . Quiere descubrir la fuga.
 S�, en cierto modo. Quiero que sigan a ese periodista Grantham, d�a y noche, y averig�en con qui�n habla.
Obtiene muy buena información y me temo que proviene de nosotros.
 Tienen m�s fugas que el cartón.
 Tenemos algunos problemas, pero la información sobre Khamel se ha divulgado deliberadamente. Lo he
hecho yo mismo.
 Lo supon�a  sonrió Barr . Parec�a demasiado pulcro y metódico.
 �Se ha encontrado alguna vez con Khamel?
 No. Hace diez a�os est�bamos seguros de que hab�a muerto. Le gusta que lo crean. No tiene ego y, por
consiguiente, nunca le atrapar�n. Es capaz de vivir seis meses en una chabola de S�o Paulo, comiendo ra�ces y
ratas, luego coger un avión a Roma para asesinar a un diplom�tico y a continuación ir a pasar unos meses en
Singapur. No lee lo que los periódicos publican sobre �l.
 �Qu� edad tiene?
 �Por qu� le interesa saberlo?
 Me fascina. Creo que s� qui�n le contrató para asesinar a Rosenberg y Jensen. [ Pobierz całość w formacie PDF ]

  • zanotowane.pl
  • doc.pisz.pl
  • pdf.pisz.pl
  • pumaaa.xlx.pl
  • Drogi użytkowniku!

    W trosce o komfort korzystania z naszego serwisu chcemy dostarczać Ci coraz lepsze usługi. By móc to robić prosimy, abyś wyraził zgodę na dopasowanie treści marketingowych do Twoich zachowań w serwisie. Zgoda ta pozwoli nam częściowo finansować rozwój świadczonych usług.

    Pamiętaj, że dbamy o Twoją prywatność. Nie zwiększamy zakresu naszych uprawnień bez Twojej zgody. Zadbamy również o bezpieczeństwo Twoich danych. Wyrażoną zgodę możesz cofnąć w każdej chwili.

     Tak, zgadzam się na nadanie mi "cookie" i korzystanie z danych przez Administratora Serwisu i jego partnerów w celu dopasowania treści do moich potrzeb. Przeczytałem(am) Politykę prywatności. Rozumiem ją i akceptuję.

     Tak, zgadzam się na przetwarzanie moich danych osobowych przez Administratora Serwisu i jego partnerów w celu personalizowania wyświetlanych mi reklam i dostosowania do mnie prezentowanych treści marketingowych. Przeczytałem(am) Politykę prywatności. Rozumiem ją i akceptuję.

    Wyrażenie powyższych zgód jest dobrowolne i możesz je w dowolnym momencie wycofać poprzez opcję: "Twoje zgody", dostępnej w prawym, dolnym rogu strony lub poprzez usunięcie "cookies" w swojej przeglądarce dla powyżej strony, z tym, że wycofanie zgody nie będzie miało wpływu na zgodność z prawem przetwarzania na podstawie zgody, przed jej wycofaniem.